Te quejás de que no escribo de vos...

Te quejás de que no escribo de vos. Me reprochás (medio en broma, medio de verdad) que nunca escribo sobre vos, que a ver cuando lo hago.

No escribo sobre vos porque me da vergüenza. No porque vos me des vergüenza, sino porque yo me doy vergüenza. Es que vos sos, realmente, lo más real que tengo. Si tengo que hablar de vos no puedo adornarlo con palabras y redactarlo de manera interesante: se escribe por sí sólo. Sale de mi sin previo aviso y sin posibilidad alguna de que yo lo modifique.

No escribo de vos porque me muero de la vergüenza, porque te amo tanto que no sé cuántas cursilereadas pondría (ya sé que a vos te gustan las cursilerías... pero también sabés cuánto me cuestan). Porque díria "Pipipi", "Pipoca", "Pupi", "Pi", los mil apodos con P que te invento cada día... "Piiiiiiiiiiiiiiiii! No bajás el volumen??" Y sí, vos lo bajás... Wow.

No escribo de vos porque cada vez que quiero empezar, no sé como hacerlo. Porque te conozco hace tanto. Porque me conocés hace tanto.

Sin embargo, entiendo por qué querés que escriba de vos. Así que, escribo de vos:

* Te amo.
* Me hacés los mejores cafés con leche del mundo. Lo sabés.
* Desde que estoy con vos me cuesta menos ser quien soy. No hablo de la defensa hacia la personalidad y ser loyal a uno mismo. Hablo de que cuando estoy con vos me siento REAL.
* No tenerte fue terrible.
* No dormir con vos es una porquería, no sé a quien se le ocurrió.
* Te gusta gordolfo, esos es todo un mérito.
* Sos una belleza de persona (física e interiormente).
* Sos muy inteligente.
* Tenés talento para TODO lo que hacés.
* Nos pertenecemos sin pertenecernos.
* Te debo un festejo de aniversario.
* Te amo.