jueves, 18 de junio de 2009

¡Arriba!

En el celular, cuando me suena el despertador, aparecen las palabras "Arriba! Alegría!". No quiero verlas más!!!

En fin, si me pongo a escribir de lo cansada que estoy, me cago del embole (sí, así de diplomática estoy hoy), así que mejor cuento un poco sobre Amanda: historias de una niña argentina en Suecia.

Amanda surgió, así como p o b r e a b u r r i d a, en una cuna muy pero muy helada, que es el otoño-invierno sueco. Sensaciones encontradas las que uno experiencia con la nieve, ya hablaré de eso luego.

En fin, pobreaburida estaba, para variar, aburrida y se puso a dibujar algunas de sus experiencias en los pagos escandinavos. Sólo voy a poner 2 porque la mitad no está digitalizada y las otras... Simplemente no tengo ganas.

Episodio 1: Bendita la empanada.




Una, que come empanadas bastante seguido, no piensa que puede llegar a extrañarlas. Resulta que hacía 4 meses que estaba en Suecia. A mi la comida me fascina (pero realmente me FASCINA. Me cambia el humor) así que incursionar en la desconocida cocina de un desconocido país me pareció de lo más agradable. Comí comida sueca como un lechón, engordé unos lindos 10 kilos en 2 meses y nada me importaba. Sñolo quería seguir comiendo esos calóricos platos sin cesar. Esto, claro, hasta el día en que mi familia sueca dijo: "Cociná algo argentino". Se me ocurrió cocinar empanadas por una cuestión de aburrimiento. Como no existen las tapas de empanadas donde estaba viviendo, me interesaba hacer la masa. Tres rellenos, para tres personas parecía un poco mucho. Así que hice cuatro rellenos, para que sea efectivamente mucho.

Creo que me comí, media fuente de empanadas. A razón detres fuentes, saquen, mas o menos ustedes, mis lectores imaginarios, la cantidad de empanadas que comí. Fue la panzada más nostálgica de mi vida.

Episodio 2: Fresco pa' chomba, bombacha calada y pa' tirarse al mar.



Nunca, nunca pero NUNCA le crean a los escandinavos cuando les digan que el agua está "jätteskönt" (divina). Eso sólo equivaldrá al entumecimiento de todas las partes sumergidas, así como un temlor jasmás imaginado. Casi me muero de hipotermia cuando, al salir de esa hermosa "tina" a 38ºC, me sumergí en el mar... Báltico es que se llama??? Bueno. NO LO HAGAN. No se crean esa patraña. Vayan preparados mentalmente a congelarse. No les miento. Es verdad.

En fin, esto es todo por hoy, mis queridos lectores imaginarios. Algún día postearé alguna historia graciosa (al menos para mí) de mis aventuras/desventuras en Suecia. Que, para el deleite de todos, varias son.

Hej då!

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