martes, 4 de diciembre de 2012

viernes, 9 de noviembre de 2012

Top 5 de pedorreadas de días de lluvia

(Top 10 me parecía demasiado y quejarme de sólo una cosa requiere de bastante tiempo para pensar)

Puesto N°5
Que la lluvia te agarre en ojotas o sandalias. Mejor aún, que sean de goma, así duele más cuando te roza el pie húmedo.

Puesto N°4
Los paraguas que nunca abren cuando más te estás empapando o, en su defecto, los que se abren sorpresivamente, generalmente en el interior de una casa.

Puesto N°3
Las baldosas flojas, que logran casi siempre disfrazarse de baldosas regulares y bien aferradas al suelo. Generalmente muestran su verdadera esencia en el mismo momento en que te das cuenta que no pisaste una desde que saliste de tu casa.

Puesto N°2
Las personas que, encerradas en su auto y habiendo perdido el recuerdo de qué se siente el ser un peatón, doblan en las esquinas a la mayor velocidad posible generando un efecto "orca zambulléndose (¿se escribe así?) en el agua" diréctamente en tu cara.

Puesto N°1
Los gomas que en Facebook o cualquier otra red social comentan "Lluvia... ¿Quien quiere hacer cucharita?" Nadie, goma. Y menos si lo decís por Facebbok.


lunes, 5 de noviembre de 2012

Me molesta...

... que me dejen atados de puchos vacíos en mi casa. Es verdad, no es que los dejen tirados en el piso. Pero si una se pone a pensar, ¿existe realmente una gran diferencia? Digo, si alguien deja cáscara de fruta en el piso, ¿no es lo mismo que si la deja sobre el mantel? ¿No es basura de todas maneras?

... que los varones que van a casas de mujeres no bajen la tabla del inodoro después de hacer pis. Puede que les parezca de histérica e hinchapelotas, pero al menos soy de las que cuando va a casas de varones, vuelve a levantar la tabla después de usar el inodoro. Aunque tengo la leve sospecha de que ninguno se da cuenta y de que, probablemente, les chupe un huevo que lo haga.

... que mi gata me haga quedar mal. Es decir, cuando estamos solas, como ahora, es una santa. No llora, duerme y juguetea con bichos y papelitos. Sin embargo hace falta que venga una, UNA persona a visitarme, para que empiece a gritar como loca, poniendo a prueba la paciencia de más de uno. Hace cinco minutos, como estaban mis compañeras de la facultad, andaba por ahí haciendo escándalos. Ahora, ni mu. O mejor dicho, ni miau.

... que los autos sigan avanzando cuando el semáforo está en rojo. Ya sé que ya escribí sobre esto. Pero lo siguen haciendo. También me molesta que los autos no usen la puta luz de giro. Y, para colmo, te putean cuando vas a cruzar y casi te atropellan. Quitando el hecho de que la prioridad es del peatón, ¿qué se piensan? ¿Qué tengo alguna otra forma oculta de saber si van a doblar? Si la hay, por favor, que me avisen.

... que hace tanto, pero tanto que no entro al blog, que nuevamente cambió todo y me siento otra vez primeriza, experimentando y re-aprendiendo.

No, pará. Eso en realidad no me molesta.

lunes, 7 de mayo de 2012

Ternura paterna

Son las once y media de la noche, ya tendría que estar pensando en dormir más que estar haciendo cualquier otra cosa. Pero hace unos minutos me llamó mi papá. Un poco asustada por el horario de la llamada, atendí el teléfono un poco temerosa, pero esto fue lo que escuché: " Hola, no dormías, no? A que no adivinás qué cosa tengo que es una réplica de algo que está en tu casa?... La heladera!" Y ahí nomás me morí de ternura, mientras lo escuchaba hablarme de las maravillas de su nueva heladera, que es "igual igual" a la mía.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Pequeñas aventuras cotidianas

Contado en algunos extensos estados de Facebook.

21:15
Hizo corto el enchufe del dvd y se me corto la luz. Desenchufe todo y fui a hacer el ritual de volver a subir la térmica y esas cosas. Pero cuando abrí la caja, ¡oh, sorpresa! Ninguna de las perillas había saltado. Probé todas las combinaciones posibles de subidas y bajadas y nada cambiaba hasta que me enteré, conversación de por medio con mi madre, que en muchos edificios hay una segunda térmica para cada departamento en el SUBSUELO, al cual no tengo acceso hasta mañana a las 8. Espero que sea eso, porque si no, tengo el presentimiento de que la visita del electricista me va a salir bastaaaaante cara.

21:21
Yyyyyy... Se me acaba de morir la linterna... Que fantástico!

21:42
¡La historia continúa! Luego de prepararme el bolso para irme a dormir a lo de mi mamá (sé que algunos pueden llegar a pensar que soy una exagerada: mi pieza sin ventilador es un infierno, lo juro... Y hoy, abrir el ventanal no ayuda) se me despertó una luz en la mente "Ey... Este edificio tiene cochera. La cochera está en el subsuelo. La cochera está abierta desde adentro del eldificio todo el día ERGO ¡el subsuelo está abierto!" Por lo que, aventurera, me fui al subsuelo a buscar mi térmica. Creo que nunca había bajado pero igual encontré el cuartito. Tanta caja eléctrica y botones con luces me asustó por lo que me resigné a ir mañana con el electricista.

21:46hs
Justo cuando me estaba por ir (y, luego sabrán por qué, si esta persona no hubiese aparecido hubiese sido otra historia bastante interesante) apareció Cecilia, mi vecina divina que me alquila la cochera y me miró un poco sorprendida porque no entendía qué hacía yo ahí, toda sudada (a esta altura, entre los nervios y el calor, ya era un desastre) y le conté lo que me había pasado. Gracias a la energía divina me dijo: "Ah! Sí, vení, a mí ya me pasó lo mismo" y entramos en el cuartito nuevamente y me mostró dónde estaban las térmicas de los departamentos. La subimos y nos dirigimos a tomar el ascensor.

21:48
Cuando estábamos frente a la puerta, toqué el botón pero la luz no se prendía y me dijo "Ah, no, ahora el ascensor se activa can la llave" y ante mi cara de "no tengo idea de qué me estás hablando" me preguntó "¿No tenés llave?" y negué con la cabeza. "Ay nena!" me dijo "si no hubiese venido ¡te hubieses quedado encerrada en la cochera! ¡Necesitás la llave para subir al ascensor!" "¿Y la escalera?" "No, no ves, también la cerraron con llave".

21:52
Me imagino, en un futuro que podría haber sido real con tanta facilidad, sentada en la reja de la cochera que da a la calle, hablando con mi mamá sobre lo que me estaba sucediendo (probablemente pidiéndole el teléfono de Cecilia que, por alguna razón, no tengo agendado en el celular), sudada, en minifalda, remera y ojotas, despeinada por los nervios, esperando, como animal en cautiverio, a algún vecino que entrara o saliera con su auto, para salir a la vereda y automáticamente volver a entrar por la reja del edificio ante su mirada anonadada.

21:52
Estuve tan cerca....