miércoles, 19 de mayo de 2010

Mi celular y yo.

La verdad es que mi historia con los teléfonos celulares ha sido siempre un tema. Un tema caótico. A continuación:

Pobreaburrida y la telefonía móvil: una dudosa relación.

El ladrillo: Mi primer celular fue el celular viejo de mi papá. Cuando él se compró un Nokia 1100 me dio su antiguo teléfono (similar). El aparato pesa alrededor de un kilo (no les miento). La verdad es que a mí la movida de los teléfonos celulares no me gustaba mucho. Menos si significaba llevar encima semejante peso para ni siquiera poder mandar mensajes de texto. Así que, lo tenía en mi pieza cual teléfono fijo.

El hermoso: Cuando me fui de intercambio a Suecia me dije que no iba a tener celular. Que para qué. Que total usaba un teléfono público o un locutorio... Ilusa. En Suecia no hay locutorios y, teléfonos públicos, hay uno cada veinte cuadras. En un momento me vi obligada a conseguirme un celular y obtuve gratis el viejo celular de mi hermana sueca, que no lo usaba más porque no le andaba el joystic (yo descubrí que se podía navegar las pantallas con los números así que el joystick me chupó un huevo). La verdad es que amé ese celular por su simplicidad, un celular muy más que amable.

El "B3": Cuando volví de Suecia, la telefonía móvil había anclado en la Argentina y ya no tenía escapatoria. Por más locutorio que tuviese cerca, era inminente tener el celular propio. No sé muy bien por qué era inminente, pero parecía que lo era. Así que obtuve el celular de mi mamá (tuve muchos celulares que eran de otras personas) que había abandonado porque no toleró su fragilidad y volvió a su amado Nokia 1100. El celular era el conocido Motorola V3 que, para mí, más que celular era un avión. Yo no sabía nada de celulares, pero parece que era bastante popular en esos tiempos porque cada vez que decía que lo tenía me contestaban "¡Hijadepú!". Mi ignorancia me llevó a pensar que se escribía B3 durante al menos un mes. Le tuve mucho aprecio porque fue el único que funcionó como corresponde. De más está aclarar que no entendía como carajo mandar mensajes de texto así que me gastaba todo el crédito llamando para preguntar "¿Me traés puchos?". Aquí comenzó el debacle. Lo abandoné porque era un celular muy frágil y, como mi mamá, soy muy torpe. Así que me separé del único celular que me trató bien.

El bebé: El bebé era un capricho tecnológico de mi otra madre. Por ser tan pequeño y compacto, era mucho más maciso que el V3, así que con ese tema nos llevamos muy bien. Era un Pantech nosecuanto, una miniatura japonesa cuyos ringtones sonaban todos como tocados en un clavicordio. LO AMABA. Por pequeño, por raro, por irrompible. Pero lo bueno duró poco. Al poco tiempo de tener el aparato, comecé a tener problemas para recibir llamados: me llegaban más tarde, me aparecían las llamadas perdidas sin haber sonado... Los mensajes llegaban cuando querían. Además era tan chiquito que lo perdía en la mochila (me negaba a tenerlo colgado de la cintura). Así que.. Adiós bebé, te recordaré por siempre con mucho amor.

El primero: Llegó entonces el primer celular que me compré para mí. Lo quería lo quería y lo tuve. El Nokia naranja. El nokia naranja me llenó de multimedia, música y cámara de fotos. El nokia naranja tenía auricular con micrófono incluido para el manos libres. El nokia naranja, luego de un tiempo, dejó de funcionar. Comenzó reseteándose sistemáticamente hasta que un día se murió la pantalla y no funcionó nunca más. (Debo aclarar que luego lo tuvo otra persona y a ella SÍ le funcionaba. Ahí comencé a sospechar que mi relación con los celulares estaba completamente jodida). Durante un tiempo tuve el nokia 1100 de mi madre (que había sido obligada a abandonarlo) pero se lo devolví rápido porque se cansó del nuevo que tenía y quiso su tecnología antigua de vuelta.

El barato: Luego de la muerte del nokia, me acerqué a la compañía telefónica a comprar uno nuevo. Ninguno de los que me gustaba estaba en stock así que me compré el más neutro y barato: un Sony Ericsson Z780i (¡me matan los nombres de los celulares!). Digamos que funcionaba bastante bien. Los problemas que tenía estaban relacionado netamente con la compañía antes que con el aparato, salvo en ciertas ocasiones en que se reseteaba el display de la pantalla pero al ratito volvía, así que no pasaba nada.

El capricho: último llegó mi capricho, el LG KP-500 touch screen, una preciosura de aparato. Simple en su diseño, bastante resistente. Era de mi prima y me lo vendió usado, así que me salió lo mismo que el Sony anterior. Me lo compré de caprichosa, es verdad. No lo necesitaba, pero me lo cobró tan barato que me tenté y se lo compré. No puedo mandar mensajes de texto. No me entran las llamadas. Los primeros días tuve que pasar el chip de vuelta al Sony para poder usar la línea, pero hace dos días que el Sony, ofendido por su reemplazo innecesario, dejó de funcionar. Ahora ando haciendo malabares de chip para ver con cuál agarro señal, con cual puedo hablar, cuál me manda el mensaje. Si intento llamar varias veces, por ahí al octavo intento me da tono. En cualquiera de los celulares. ¿En qué momento cagué mi relación con la telefonía celular? Ah, cierto, cuando cambié el V3 por miedo a que se rompiera... ¡Qué idiota!

6 comentarios:

Juan Pez dijo...

que lindo mensaje el suyo, muchas gracias

con respecto a celulares es increible como recordas los nombres de los celulares (ni se cual es el modelo del que tengo ahora). Yo tambien tuve varios y por A o por B siempre terminaba perdiendolos (lo malo de tener los bolsillos rotos) o me asaltaban y me los sacaban... siempre pero siempre termino volviendo a mi motorola C116 (un caño) jaja.

beso grande y no se aburra!

Martín dijo...

Yo soy muy fiel a mis celulares...solo tuve 3 en los últimos 10 años...y el que tengo ahora solo lo tengo hace 6 meses...

La Cenefa dijo...

Yo tenia un Motorola c200 era horrible, basta con decirte que no me acordaba el modelo y lo encontre en google, buscando Motorola feo! jajaj no es joda

Saludos, volveremos.
te invitamos a visitar nuestro blog
www.vientoenprosa.blogspot.com

Pilotinta dijo...

jajajajajja pero es que me re mori de risa jajajaja, pucha jess que pena tu y los celulares, al parecer realmente no te quieren xD

Yo he tenido solo 3 en la vida y me duran un monton, aunque soy fiel a sony ericcson, de ahi no me cambio, te doi un dato?

www.zedge.net

en esta pagina puedes crear tus propios ringtones, tus propios temas de celular, tus propios fondos de pantaya, en fin todo, como buena diseñadora tengo el mio personalizado a mi pinta gracias a esta maravillosa dirección :) quizas a tus celulares solo les falta algo de amor xD jajajaja

un besito y estamos en contacto nena
te quiero

PILI

Gabriel dijo...

El "Ladrillo" ha sido el primer celular clásico de muchos. Pero es una forma digna de comunicación móvil.

Aquí en Chile, durante la década de los ochenta, el arribismo de muchos llegó a tal extremo que gente, de traje u corbata, se paseaba por la calle con celulares de palo. Obviamente algo indigno si alguien llegase a detectar eso último. Así fue, y así lo comentan muchos de los que vivieron esa época.

Muy buena entrada. Detrás de cada celular siempre hay una historia, por más simple que ésta última sea.-

Solo yo dijo...

Jajajaja que manera de recordar tus celulares!! Me parece bastante interesante tu modo de plantearlos, yo tuve mmm aproximadamente 5 a la fecha, unos mejores que otros, pero siempre cuando chico tuve miedo de que me llamaran en una bencinera, y hacerla explotar jjajaja
Muy agradable tu blog, de verdad :D
Exito